Lo que no puedas resolver hablando, hazlo orando,

Lo que no puedas solucionar de pie, hazlo de rodillas,

Por que Dios hará por ti, lo que tu no puedas hacer.

Desacuerdo entre uno y otro

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El amor es paciente y da tiempo a la relación para que crezca. El capricho es impaciente, imprudente, impulsivo e irrazonable. El amor se controla a si mismo y desea lo mejor para el otro. El capricho es obstinado y exige que se hagan las cosas a su manera. El amor se centra en la persona y en su carácter y no solo en sus rasgos exteriores. El capricho se basa sobre expectativas y condiciones idealistas, no reales y egoístas.

El amor no puede separarse de Aquel que es amor. Por eso va junto con la fe, a la que da significado, y esta pone propósito en el amor.
El capricho se enreda con las sensaciones del momento y con frecuencia aleja a Dios.

El amor se edifica en la aceptación de si mismo y supone lo mejor en el otro mediante una confianza implícita.
El capricho con frecuencia esta insegurode si mismo, lo que le pone celoso y hace posesivo del otro. Esto se manifiesta en peleas constantes.

El amor se construye sobre la amistad. Si se rompe la relación, cada uno queda mejor por haberse conocido.
El capricho tiene una base insegura, y deja cicatrices y recuerdos dolorosos.

El amor es veraz y se caracteriza por una comunican sincera y honrada.
El capricho es falso, porque teme compartir su verdadero yo y ser rechazado.

El amor es fiel a los valores personales, aunque arriesgue la terminación de la relación.
El capricho puede cometer acciones objetables por temor a perder al otro.

El amor soporta los altibajos de la vida, porque sabe que los sentimientos y las circunstancias no alteran el compromiso de amar.
EL capricho crea nerviosismo en la amistad.

El amor mejora la calidad de una persona.
El capricho y sus traumas consumen la energía, lo que hace sufrir los estudios, el trabajo y la amistad. Sufre la calidad de la persona.

El amor mejora la confianza en si mismo.
El capricho tiende a engendrar dependencia y sentimientos inadecuados acerca de si mismo.

El amor crece con el tiempo y perdura a pesar de la separación.
El capricho se debilita con el tiempo y la separación.

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Cama Disponible, ¿No era este el objetivo?

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Cuando los hijos son pequeños, les enseñamos a atarse sus cordones, hacer sus propios sándwiches y eventualmente a conducir y a lavar su ropa. Los padres pasan tiempo enseñando a sus hijos, con la esperanza de que sean jóvenes adultos independientes y productivos. Y ¿no era ese el objetivo? Sin embargo, algunos padres tienen sentimientos encontrados cuando los hijos comienzan a aventurarse por su cuenta.

Los sentimientos de la madre pueden incluir la sensación de ya no ser necesaria. Se encuentra a sí misma buscando qué hacer con el tiempo libre que antes era usado en ser chofer, asistir a las funciones de la escuela, ser anfitriona de fiestas de pijamas y cosas por el estilo. Ambos padres podrían estar luchando con los sentimientos referentes a la pérdida de autoridad. Además, los cónyuges podrían descubrir que tienen poco de qué hablar, dado que sus hijos habían sido el foco de la conversación por muchos años. Pero este fue el momento de la vida para el cual les criamos.

¿Cómo llenar ese vacío?
Si los padres están casados, este tiempo puede ser usado para enfocarse el uno en el otro. Podría ser una asombrosa oportunidad para renovar la intimidad que una vez compartieron y concentrarse en su relación. Es posible que seas un padre soltero o talvez necesites un período de transición. Cualquiera sea la situación, hay muchas maneras para minimizar los sentimientos de pérdida cuando el nido esté vacío.
• Establece citas nocturnas con tu cónyuge o pasa más tiempo con los amigos.
• Recibe a un estudiante de intercambio. Puede ser muy gratificante saber que estás ayudando a una persona joven a tener una nueva experiencia.
• Involúcrate en el grupo de jóvenes de tu iglesia o en una posición de voluntariado en tu comunidad. Los jóvenes son seres maravillosos, llenos de vida, energía y la mayoría están dispuestos a compartirla con los adultos que se interesan en ellos.
• Este es un gran momento para involucrarte en tu iglesia. Muchas iglesias tienen grupos de padres con nidos vacíos, así como tú, que se reúnen en excursiones para compartir sus similitudes y pasatiempos
• Viaja o retoma tus aficiones

Un Cuento Propio
Una mujer nos relata: “Cuando mi hijo menor dejó el hogar, me sentí muy golpeada. Yo había sido una madre la mayor parte de mi vida adulta y no sabía qué hacer conmigo. Extrañaba el sonido de sus jóvenes voces llenando el aire y la actividad de los chicos yendo y viniendo. El primer año, acepté recibir a un estudiante europeo de intercambio. Su presencia me ayudó en la transición. Pero descubrí que todavía tenía un vacío que llenar. Llegué a estar más satisfecha cuando me volqué a la búsqueda de mi propósito inconcluso y pregunté: ¿Qué es lo que Dios quiere para mi vida ahora? Cuando me hice esa pregunta, ¡él me lo mostró!

“Por primera vez en mi vida, estaba lista para tomar el viaje de misiones que siempre había deseado. Fue la más maravillosa y bendecida experiencia en mi vida aparte de tener mi familia. Así como llenó mi necesidad de bendecir a otros, yo fui aun más bendecida por la gente que conocí. Ellos tenían tan poco y eso me mostró lo mucho que yo tenía. Ya no había oportunidad para que yo me sintiera triste y sola”

Dios nos da un asombroso sentido de valía cuando podemos confiar en él. Él nos dice en Isaías 46:4: “Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré”. El Señor está aquí para ayudarnos a disfrutar de esos años, tener paz y encontrar el balance perfecto en el siguiente escenario de la vida.

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La Familia debe tener recelo, cuidado o temor?

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Es tan grande y sorprendente la victoria de David sobre Goliat que a veces se pasa por alto que 1 Samuel 17 incluye a otros protagonistas. Por ejemplo se menciona a varios miembros de la familia de David, a su padre y tres hermanos. Se hace referencia a la familia de David para resaltar la falta de fe y temor en la cual todo Israel vivía.

El padre de David, Isaí, estaba ansioso por tener noticias de sus hijos mayores al frente de batalla. Tanta era su desesperación por sus hijos que arriesga enviar al menor de sus hijos, David, al campo de batalla para indagar sobre el paradero de sus muchachos. El campo de batalla no era un lugar seguro para un joven pastor de ovejas como David. Podría ser herido, capturado o asesinado.

Aun sabiendo del peligro de enviar a David en busca de sus hermanos, Isaí lo envía. Más grande era sutemor y ansiedad por sus tres hijos mayores que el deseo de proteger a su hijo menor. El temor convierte a la persona en un ser egoísta que pone por encima sus necesidades. A menudo las personas con miedo toman decisiones peligrosas que ponen en riesgo el bienestar de aquellos que le rodean.

Algunos dicen que la decisión de Isaí de enviar a David al campo de batalla fue buena ya que David derrota a Goliat. David venció al gigante debido a su fe en Dios y no a causa de las decisiones de su padre. Si Isaí hubiera infundio en su familia el tener confianza en Dios, no hubiera sido necesario el enviar a David al campo de batalla. Cualquiera de los hijos mayores de Isaí, puesta su confianza en Dios, hubiera derrotado a Goliat.

Los hermanos de David tenían miedo y no creían que era posible derrotar al enemigo. Aun cuando Goliat a diario les insultaba a ellos y a Dios, no se atrevían a confrontar al gigante. Cuando David se atreve a creer que Goliat puede ser derrotado, su hermano mayor Eliab le critica severamente. Eliab desprecia la presencia de David en el campamento de Israel, su oficio como pastor de ovejas y las intenciones de su corazón.

Eliab vivía con temor y ni si quiera quería contemplar la idea que Goliat podía ser derrotado. Las personas que viven en temor ajustan su vida para acomodar sus problemas al diario vivir. Se dan por vencidos, no creen que Dios sea más grande que su situación y critican a aquellos que se atreven a ofrecer soluciones.

A pesar de las críticas de su hermano, David decidió vivir libre de temor y poner su confianza en Dios. Este joven de humilde profesión vence al gigante y obtiene una monumental victoria que cambio destino de su vida y nación. Satán aun trata de intimidar al pueblo de Dios haciéndoles creer que los gigantes, problemas de la vida, no pueden ser solucionados. El Enemigo quiere por medio del temor forzar a las familias a tomar decisiones arriesgadas y causar conflictos. No permita que la angustia invada su corazón o familia. Ningún gigante es más grande que Dios, el cual está cercano a aquellos que le invocan para guiarlos a la victoria.
Dios te bendiga.

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De quién es lo mío? Tuyo o mío. Y lo tuyo?

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La parábola del buen samaritano nos habla sobre tres actitudes que podemos asumir, aunque solamente una es correcta.
La primera actitud es la del ladrón quien toma lo que no le pertenece, asumiendo una postura de “lo tuyo debe ser mío”. Muchos actúan así codiciando lo que otros tienen. Esa es una actitud de envidia, robo y despojo que hiere a otros y corrompe tu corazón. Esa actitud no solamente se ve en un ladrón, sino en cualquier ámbito, como en los negocios donde algunos compiten de forma desleal por quedarse con los clientes de otras empresas, difamando al competidor. De esa manera, no se está agrediendo físicamente a nadie, pero se comete pecado al buscar quedarse con lo que otros tienen sin importar los medios para lograrlo.

La segunda actitud es la del sacerdote y el levita quienes pasan de largo indiferentes, asumiendo la postura de “lo mío es mío”(1). Esta es una actitud egoísta que si bien no arrebata lo de otros, es terrible porque no comparte ni mueve a misericordia. Es una actitud de “si yo estoy bien, no importa cómo estén los demás”, “si yo no provoqué el problema, no tengo obligación de solucionarlo”. Actuarasí también es incorrecto porque revela una insensibilidad e indiferencia que no es propia de los hijos de Dios. Es muy fácil criticar y preguntarse qué harán otros por mejorar la situación, pero lo importante es involucrarse y preguntar qué podemos hacer para contribuir con el cambio positivo. Deja a un lado el egoísmo y asume el compromiso con el bien de quienes te rodean porque no vivimos aislados, al contrario, todos somos responsables del bienestar de los demás.
Es cierto que nosotros no provocamos una tormenta, no somos culpables de que se le caiga la casa al vecino, pero tenemos la obligación humana y moral de ayudar a quien lo necesita. Aunque no seamos responsables de una desgracia, podemos ser responsables de la solución, porque delante de Dios sí somos responsables de lo que hacemos o dejemos de hacer. Olvida la actitud de “lo mío es mío”, no esperes recibir sino dar lo que puedas.

La tercera actitud es la del samaritano quien al ver al hombre mal herido, se apiadó de él y lo ayudó, asumiendo una postura de “lo mío es tuyo”. Al leer la Escritura descubrimos que el samaritano fue movido a misericordia, es decir que el movimiento y la acción son importantes. La pasividad no resuelve nada. Es necesario que nos movamos para provocar cambios. Especialmente debemos movernos por amor, por el deseo de hacer bien a otros. Tendremos paz cuando el poder del amor venza al amor por el poder. Iniciemos en nuestros hogares para que se contagie a nuestro país. Involúcrate, acércate al necesitado, haz un poco de tiempo para lo importante: mover tu corazón y ayudar a tu prójimo.
Además, vemos que este hombre generoso llevó al herido a un mesón y lo dejó encargado con el mesonero, diciéndole que le pagaría lo que gastara en su ausencia (2). Esto nos revela que para amar es necesario gastar, dar de lo que tenemos porque hacerlo es la mejor expresión del amor. Esfuérzate pensando en bendecir a los demás, no solamente en satisfacer tus necesidades. No des aquello que te sobra, sino lo que tienes porque ese sacrificio es el que realmente expresa tu compromiso. Imitemos a nuestro Padre Celestial quien por amor dio a Su único Hijo para salvarnos. Él no dijo: “Daré uno de todos los hijos que tengo”, sino que dio al Único que tenía para el perdón de nuestros pecados. ¡Esa fue la expresión de buena voluntad más extraordinaria de la historia!
No hay que dar cuando nos “nazca o lo sintamos”, sino cuando sea necesario. Nadie va a trabajar solo cuando “tiene deseos” y ningún jefe paga a sus trabajadores únicamente cuando “se inspira”. Hay cuestiones que se hacen porque es un deber y obligación, no porque sea un impulso de nuestro corazón. El mundo no se mueve por sentimientos sino por responsabilidades. Debes ayudar a tu prójimo y expresarle tu amor aunque no te “nazca”. Ese es tu compromiso como cristiano e hijo de Dios.
La Palabra nos ofrece consejos para convivir: decir la verdad, no guardar rencor, no ser egoístas o envidiosos y sobre todo, compartir el fruto de nuestro trabajo (3). Si obedeciéramos estos preceptos, viviríamos mejor. Pídele al Padre que cambie los motivos de tu corazón y te haga una persona generosa con la actitud “lo mío es tuyo” del samaritano. Extiende tu mano para ayudar a quien lo necesita. Si quieres ser la luz del mundo actúa como tal, si quieres ser la sal de la tierra, sazona tu país con amor. Acércate al Señor y dile: “Gracias por la oportunidad de servir a los demás, me moveré por misericordia y bendeciré a mi prójimo”.

(1) Lucas 10:30-34 relata: Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.
(2) Lucas 10: 33-35 continúa con el relato sobre el hombre a quien dejaron tirado en el camino: Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.
(3) Efesios 4: 22-28 nos recuerda: En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

Mira ahora, mira al cielo, dile Padre Nuestro, siente su presencia, pídele que perdone tus mezquindades, tus miserias, tus egoismos. El Señor es el dueño de todo. El te lo dió, pero irás a su presencia y serás medido por tus obras y eso incluye lo que hagas con lo “tuyo”.Todos los demás problemas se hacen pequeños cuando estamos ante esta realidad. Dios te Bendiga.

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