Lo que no puedas resolver hablando, hazlo orando,

Lo que no puedas solucionar de pie, hazlo de rodillas,

Por que Dios hará por ti, lo que tu no puedas hacer.

La tercera novia

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Preguntas al Sr. Palau:

Tengo una novia con quien deseo casarme pero sus familiares y los líderes espirituales de mi iglesia se oponen porque yo anteriormente había propuesto matrimonio a otras dos chicas y al fin no me casé. Ellos dicen que no estoy seguro de esta otra decisión de contraer matrimonio. ¿Qué me aconseja que haga, Señor Palau?

Ante todo lo felicito por su actitud respetuosa hacia los líderes espirituales de su iglesia. En estos días de tanta rebeldía por parte de los jóvenes, Dios va a honrar esa actitud suya.

Es obvio mi estimado joven que usted ha perdido la confianza de las personas que lo aprecian y a los que usted respeta.

Quiero darle tres consejos prácticos. En primer lugar, usted y su novia deben estar seguros que este noviazgo sea genuino y esté en la voluntad de Dios. El matrimonio es para toda la vida y por lo tanto sus planes deben ser trazadosteniendo esto en mente.

En segundo lugar, es necesario someterse a las autoridades superiores. No sólo a las del gobierno, sino también a las de su iglesia y a los padres. La Biblia, en Hebreos capítulo 13 dice:

"Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría y no quejándose, porque esto no es provechoso".

En tercer lugar, hable usted sinceramente con todos aquellos que en alguna forma están involucrados en su caso, particularmente con sus padres y los de su novia. Explíqueles claramente las razones por las cuales usted resolvió no casarse anteriormente con las otras dos señoritas, y la decisión obvia de por qué está convencido de que esta chica sí es la joven que Dios ha destinado para ser su esposa.

Es muy importante tener la bendición y el visto bueno de sus padres y los de ella. Si los padres de ambos aprueban su decisión, entonces los líderes de su iglesia deben estar enterados de esto, y así, todos de común acuerdo, pueden proceder ...
... a celebrar la boda.

Debe existir comunicación abierta entre todos los interesados y lógicamente una convicción irrefutable entre su novia y usted de que efectivamente, Dios los hizo el uno para el otro.

Aprecio mucho su confianza al escribirme y que Dios le bendiga

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Si Estás Cansado

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A veces parece que la lista de cosas que tenemos que hacer no tiene fin. Nos levantamos temprano para pasar un día de trabajo duro y largo, regresamos a casa para trabajar más y satisfacer las demandas de la familia, y nos acostamos por unas pocas horas para así empezar el ciclo nuevamente. Además hay los favores especiales que los amigos y familiares piden, reuniones, y oportunidades para pertenecer a algún comité u organización en la comunidad. ¿Cuándo tenemos tiempo para relajarnos, para recobrar fuerzas, para disfrutar verdaderamente las cosas que hacemos?
Este tipo de horario, tan ocupado, es común. A menudo, echamos un vistazo a nuestra lista de responsabilidades y pensamos, ¡Todas estas cosas se tienen que hacer! Pero a veces el esfuerzo por mantener ese estilo de vida nos deja fatigados e irritables. En vez de disfrutar las cosas que hacemos, hacemos las cosas sólo por obligación.
¿Hay alguna solución a este afán abrumador? En la Biblia, Jesús nos dice que podemos encontrar descanso. El nos invita: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28).
Jesucristo se ofrece a sí mismo como la solución a nuestro problema. Sin embargo, tenemos que responder para recibir el descanso que El anhela darnos.
Nuestro primer paso es venir a El. El invita a todos los que están cargados y preocupados. Cuando nos sentimos así, tenemos que pedirle que nos saque del foso en que nos encontramos. Admitimos que El es el único que nos puede ayudar y que estamos dependiendo en El completamente.
Nuestro segundo paso es ceder a Jesucristo el control de nuestra vida. Jesús dijo, "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mateo 11:29). El yugo se coloca en la cerviz de los bueyes para unirlos para que puedan trabajar juntos. Cuando estamos enyugados con Jesucristo, El viene a ser nuestro conductor y nuestro guía.
Cada día le preguntamos qué quiere que hagamos. Después de escogerle como Señor de nuestras vidas, podemos aprender a conocerle. Esto lo hacemos al leer la Biblia diariamente, y al reunirnos regularmente con otras personas que han decidido dejar que Cristo sea el guía de sus vidas.
Finalmente tenemos la promesa de descanso. "Os haré descansar."
Tenemos este descanso porque Jesús nos da la fuerza y la habilidad para hacer las cosas que El nos pide. Ya no es necesario que solos tratemos de mantenernos al día con un horario abrumador. Llevar el yugo de Cristo nos lleva a una relación con Dios y da nuevo significado y propósito a nuestras vidas.
Ya no vivimos para servirnos a nosotros mismos, sino para el propósito más sublime de servir a Dios.
Si estás cansado del círculo vicioso de la vida, hay una solución. Si estás cansado, ven al Señor Jesús.

SI QUIERES QUE DIOS TE CONTESTE
¿Has orado alguna vez y sentido que Dios no te escucha? O quizás has orado acerca de un problema por mucho tiempo, pero no has visto ningún cambio.
La oración es un gran privilegio una comunicación directa con Dios el Todopoderoso. También es una herramienta poderosa que Dios usa para influir en la vida de la gente. Sin embargo, Dios no contesta toda oración. Es más, nuestra actitud juega un papel importante en el que Dios nos escuche o no. Veamos cuatro principios Bíblicos que debemos seguir si queremos que Dios conteste nuestras oraciones.
Primero, debemos arrepentirnos de cualquier pecado oculto. Isaías 59:2b dice, "Vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su [el de Dios] rostro para no oir." El pecado es como una pared que bloquea nuestras oraciones. Tenemos que examinar nuestras vidas y descubrir malos pensamientos, actitudes o acciones, y pedir a Dios que nos perdone al mismo tiempo que dejamos de hacer tales cosas. Entonces El oirá nuestras oraciones.
Segundo, no debemos ser egoístas en nuestras oraciones. "Pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites" (Santiago 4:3).
Tenemos que examinar nuestras oraciones para comprobar que no haya motivos egoístas en ellas. Nuestro deseo principal debe ser lo que Dios quiere. "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia" (Mateo 6:33). Quizás las respuestas de Dios no sean lo que estábamos esperando, pero serán para el crecimiento de su reino.
Tercero, debemos esperar respuestas a nuestras oraciones. Mateo 21:22 dice, "Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis." A veces hacemos una petición, pero nuestra falta de fe impide que Dios conteste. Cuando oramos debemos examinar nuestras vidas y arrepentirnos de cualquier duda, confiando que Dios tiene el poder para hacer lo que le pedimos. Podemos esperar en Dios escribiendo las peticiones y la fecha cuando comenzamos a orar. Cada vez que oramos, podemos escribir respuestas que hemos observado hasta que tengamos la respuesta completa.
Cuarto, debemos orar en el nombre de Jesús. Juan 14:14 dice, "Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré." ¿Qué quiere decir esto? Primero, el nombre de Jesús representa todo lo que El es. Cuando usamos el nombre de Jesús debemos orar por cosas que le honran a El. Cuando nos acercamos a Dios en el nombre de Jesús, reconocemos que Cristo es la única vía al Padre. Podemos confiar en que Dios oye y contesta nuestras oraciones, si venimos en el nombre de Jesús.

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Errores cometidos con los hijos.

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Con los hijos se comenten muchos errores, por ejemplo están aquellos que les dejan hacer todo lo que quieren y no les dicen nada, esto es muy malo, como padres tiene que saber poner limites, ellos deben saber cual es su lugar dentro del hogar, deben saber cuales son sus derechos y cuales sus obligaciones y deben respetarlos, un padre que dice que si a todo, que es muy permisivo, que cede ante las presiones de sus hijos está criando un dictador, a un caprichoso que piensa que todos están para satisfacer sus caprichos, es un consentido que crea y se mete en problemas, ejemplo de esto es David con Adonías, que por no ser corregido por su padre se le puso en contra y trato de apoderarse del reino (1ªRe. 1:5-6), Elí y sus hijos (1ªSa. 3:12-13), Samuel y sus hijos (1ªSa. 8:3).
Los niños que carecen de disciplina o que sus padres satisfacen todos su caprichos, tienen serios problemas de adaptación, pues creen que todos están para complacerlos en todo; por ende es necesario que los padres los corrijan y establezcan los limites, pero estos no significa que deba existir una rigidez excesiva, sino que deben poner en ejecución la templanza, que es la que les da el equilibrio.
El otro extremo es de maltratarlos constantemente, el de maldecirlos, esto es tan terrible como lo anterior, pues las palabras hirientes de los padres y sus maldiciones marcan la vida de los hijos, ejemplo de esto es Noé con su hijo Cam (Gn. 9:20-29).
Un problema serio en la familia es cuando la madre prefiere a uno de sus hijos, y el padre a otro, esto ocasiona disturbios, esta parcialidad crea conflictos, y la Biblia menciona varios de estos ejemplos (Gn. 25:28, 33:2; 37:3).
Algo que no hay que olvidar es que no deben comparar a sus hijos con otros, eso es muy dañino para la auto imagen del niño, recuérdese que cada persona es única y diferente una de otra, aún los gemelos.
Nunca compare a su hijo con otro, ni siquiera con sus hermanos, pues a pesar de tener similitudes, por la herencia genética, son diferentes en su personalidad, sepa ver ellos lo distintivo y diferentes que tengan, nunca se avergüence de ellos, ni haga nada que los avergüence.
Si tiene un hijo con alguna discapacidad, no se avergüence de él, no crea que es un castigo de Dios o “que es una cruz” ni se sienta culpable, aprenda a ver a ese hijo “diferente” con los ojos del amor de Dios, ya que es una persona a la que se le debe respeto, cuidado, atención y amor; y que puede enseñarle mucho.
Tampoco sobrecargue al hermano de este niño ni le quite tiempo, no descuide a ninguno de los dos.
David sufrió el ser el menor de siete hermanos, nadie lo tenía en cuenta, aún su padre, y se le asignaban las tareas que los mayores no hacían, y como la bendición era para el primogénito él estaba fuera de ella(1ªSa. 16:1-13).


Ejemplo de padres.

Un buen ejemplo de padre fue Job(Job 1:4-5, 42:13-17), otro caso lo tenemos en Eunice y Timoteo(2ªTi. 1:5).
Los padres que están esperando un hijo deben ministrarlo desde el vientre, pues el niño percibe y recibe las cosas que suceden en el mundo extrauterino, muchos estudios científicos han demostrado que los niños recuerdan lo que pasaba en el útero.
Esto no es de extrañar si pensamos que si por vía sanguínea un niño puede recibir la tendencia a adicciones a sustancias que su madre consume(alcohol, tabaco, drogas)y se hace adicto desde el vientre.
Los padres deben orar por ese niño, ministrarlo y soltar palabra de vida; es destacar que si el niño recibe las maldiciones y los comentarios, puede recibir la ministración.
La Biblia en varios pasajes hace mención de padres que recibieron prerrogativas de parte de Dios para la crianza de los niños que tenían un llamado y ministerio de parte de Dios aún antes de nacer; los padres de Sansón (Jue.13:1-14), los padres Juan el bautista(Lc. 1:13-17, 67-80) estos son ejemplos de niños que fueron llamados por Dios desde el vientre y como él los llenó de su Espíritu Santo desde la matriz.

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Dar para vivir mejor

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El hablar de “dar” dentro del ámbito de las finanzas familiares, nos lleva inmediatamente a la disyuntiva de si deberíamos dar de lo mucho o poco que tenemos a los demás. Este dilema se presenta más bien a nivel de la práctica, ya que conceptualmente, es frecuente que las personas opinen que como principio, el compartir con el prójimo es una actitud deseable.

Lo anterior podría bien responder al hecho de que aunque hemos aprendido, dentro de la cosmovisión cristiana, que la caridad se constituye en una de las mayores virtudes del ser humano, la sociedad actual, caracterizada por el individualismo egoísta, propone el afán desmedido de posesión como una premisa de éxito. Además, hay una gran cantidad de argumentos que pueden usar las personas para evadir la responsabilidad ética y moral de dar al otro de forma caritativa. Los que tienen en abundancia podrían alegar que se debe premiar el esfuerzo individual y desalentar la dádiva gratuita. El que considera tener poco, usualmente alega que sus recursos no son suficientes ni siquiera para compartiruna pequeña fracción.

De esta forma, la lógica mercantil del “dar solo si se recibe algo a cambio” se ha convertido también en principio de las interacciones con los demás. Así las cosas, la propuesta bíblica “es mejor dar que recibir” queda relegada a algunos actos de bondad esporádicos movidos tal vez por una carita hambrienta en la calle, mientras nos auto justificamos trasladando nuestra responsabilidad, por ejemplo, al Estado.

Dar para ser

Ayudar al menos privilegiado, colaborar y ser solidario con otros, responden al llamado interior de darse a los otros sin esperar nada; audible para quien ha procurado fomentar un estado interno de plenitud y contentamiento. Por lo tanto, la satisfacción profunda y el bienestar que se experimentan al realizar estos actos, no se constituyen en una “recompensa” sino más bien en la realización del ser.

Sin embargo, el afán y la corriente de la sociedad actual, muchas veces obstaculizan la percepción de esa voz interior y nos desensibiliza ante la necesidad del otro. Al procurar intencionalmente un mayor bienestar, entendido más bien como la satisfacción de necesidades, gustos y deseos en el ámbito físico y material, sacrificamos el bienestar integral propio y de quienes nos rodean.

Ser mano amiga en la adversidad

Al transitar por la vida, todos, sin excepción, nos encontramos con dificultades que afectan nuestra existencia. Enfermedad, carencias materiales, problemas familiares, la pérdida de un ser querido…son algunas de las caras de la adversidad. Algunos, tienen la fortaleza para salir adelante. Otros, se quedan en el camino sin más esperanza que encontrar una mano amiga que les auxilie.

La capacidad de sobreponerse a la adversidad es admirable, pero aún más admirable es poder reconocer la necesidad en otros. Sin embargo, como se señalaba anteriormente, en nuestra sociedad la filantropía ha dejado de ser popular. Valores como la solidaridad, la generosidad, la empatía y la caridad han perdido actualidad. Lo vigente es la competitividad desmedida y el egocentrismo. Como ya vimos, son justamente estas formas de asumir la vida las que impiden, en muchos casos, percibir la necesidad del otro, incluso de aquellos en nuestra cercanía. Familiares, amigos y amigas sufren nuestra indiferencia en momentos de verdadera crisis, y aún cuando seamos capaces de identificar la situación, muchas veces no existe la voluntad para involucrarnos.

Ser insensibles a las necesidades de los demás pareciera ser ventajoso. Como “buenos administradores” de nuestra vida podríamos argüir que para obtener los mejores resultados debemos invertir tiempo, bienes materiales, habilidades, y demás recursos en beneficio de nuestro proyecto de vida. Sin embargo, al hurgar profundo, nos damos cuenta que el balance no es correcto, nos hace falta aquello que saltaba a la vista en la Madre Teresa: la empatía por el dolor de otros y el empeño de hacer la diferencia.

A pesar de que para muchos de nosotros es difícil llegar a tal nivel de altruismo, todos y todas tenemos la capacidad de dar. Algunos consejos prácticos para dar son los siguientes:

Todos pueden dar. Sí es posible ser solidario sin deteriorar el presupuesto familiar, ya que aún cuando no se cuente con recursos materiales siempre existe la posibilidad de dar en tiempo, cuidado y atención.

Todos merecen recibir. Todo hombre y mujer tiene un valor intrínseco que es igual para todas las personas. Por lo tanto, cada ser humano merece nuestra atención y la posibilidad de recibir ayuda por el solo hecho de ser persona.

No se trata de tener lástima sino de ser solidario. Cuando se experimenta lástima por una persona, el sentimiento no produce más que una especie de tristeza interior por la situación de aquella persona, usualmente este sentimiento desaparece al desviar la atención hacia otro asunto. La solidaridad por el contrario es un valor que se ejerce con plena conciencia y que usualmente conlleva a una acción para ayudar a la otra u otras personas a solventar su necesidad o lograr sus objetivos.

De lo que pueda. De de acuerdo a sus posibilidades procurando siempre llenar sus necesidades. Si conoce sus ingresos y gastos y ha logrado determinar cómo gasta su dinero, según la clasificación de necesidades, gustos y deseos (ver fascículos anteriores), le será más fácil buscar formas de compartir con otros sin afectar las finanzas familiares.

Comparta más que dinero. Es posible ayudar a otros sin tener dinero disponible. Comparta también:

 Tiempo
 Bienes y recursos
 Sus capacidades
 Sus conocimientos

De con alegría: ayudar a los semejantes es parte de la realización del ser humano, por eso dice la Biblia que más dichoso es quien da que quien recibe, por lo tanto disfrute cada oportunidad que tenga de dar a los demás sin esperar nada a cambio.

Valore lo que realmente es importante: frecuentemente utilizamos muchos recursos para cubrir gustos o deseos que en realidad no son necesidades primarias. Considere con amor y humildad vivir de forma más austera pero más satisfactoria en términos de colaboración y solidaridad con quienes le rodean. Piense en los demás y no solamente es sí mismo

Nunca utilice el privilegio de dar para manipular a los demás. Este tipo de actitudes lejos de ayudar a otros, les roba su libertad y dignidad.

Establezca metas concretas: Invierta tiempo en cuanto cómo y a quién va ayudar y de qué manera. Tome acciones específicas para separar los recursos o tiempo que ha decidido dar a los demás. Algunas de las opciones de a quién ayudar podrían ser:

 Ayude un familiar
 Adopte una causa
 Apoye una emergencia
 Una institución responsable
 Una comunidad

Involucre a toda su familia. Dialogue con su pareja e hijos para tomar decisiones en cuanto a la ayuda que tiene planeado dar. Llegue a acuerdos con su pareja e hijos, sea Transparente, no traspase el límite de lo acordado y procure conocer y transmitir a todos los involucrados el alcance o impacto que su ayuda está teniendo en la vida de otros.

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