Lo que no puedas resolver hablando, hazlo orando,

Lo que no puedas solucionar de pie, hazlo de rodillas,

Por que Dios hará por ti, lo que tu no puedas hacer.

Revuelto Familiar

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“Familias Fusionadas” es un término relativamente nuevo en la historia, pero este término ha formado parte del lenguaje diario de los últimos cincuenta años. En otras palabras, en nuestra cultura de “familia disfuncional”, las familias mezcladas son sinónimo de padrastros, madrastras y hermanastros malvados. No nos engañemos; nuestros primeros acercamientos a las familias combinadas, fueron ejemplos pobres. En un extremo, tenemos el malvado cuento de hadas de la Cenicienta, con una perversa madrastra y unas feas hermanastras. En el otro lado del espectro, se nos presentó a la familia ficticia, en la que “todos vivieron felices para siempre” : La Familia Brady (famosa serie de televisión estadounidense de finales de los sesentas). Pero ahora, seamos realistas.

El sentido común es uno de nuestros mejores aliados en las relaciones. Trátense unos a otros con amabilidad, paciencia y respeto, de la forma en que te gustaría ser tratado. Evita a toda costa hablar mal de su otro padre natural. Cuando dos familiasdiferentes se reúnen bajo el mismo techo, habrá conflictos. Sin embargo, hablar sobre ellos y entender los sentimientos de los demás, resulta necesario y crucial. Se necesitará tiempo para construir una historia con cada uno, que algún día crecerá del afecto al amor familiar. Se necesitará tiempo y probablemente no será fácil, pero vale la pena el esfuerzo.

Familias Combinadas — Padres e Hijos
La primera y más importante regla para las familias mezcladas, es que los padres NO estén en desacuerdo frente a los niños. Cuando los cónyuges tienen un conflicto (cualquier conflicto), éste debe ser discutido a puerta cerrada. Es muy tentador ponerte del lado de tu propio hijo y señalar a tu hijastro o hijastra. Es igualmente tentador acusar a tu cónyuge de manejar una disciplina desequilibrada con tus hijos. No te permitas ser culpable de lo mismo. “Recuerda, los hijos son juntados con personas prácticamente extrañas y, de repente, sienten que tienen que competir por la atención de su progenitor. A menudo sienten que están siendo reemplazados, en lugar de incluidos”, y si no lo crees ponte en el lugar de ellos por un momento.

“Es muy importante que los niños vean un frente unido y relaciones estables. El problema más común es la disciplina, el cual puede rápidamente quebrantar esta unidad”. Sergio y Ana, mis inquilinos, trabajaron muy duro para unir sus ideas y estilos sobre disciplina. “Primero, el padre natural necesita hablar con sus hijos y reafirmar el control y respeto que le deben a su padrastro o madrastra. ¡Respalda a tu cónyuge! Ya sea que los niños hayan perdido a uno de sus progenitores debido a la muerte o al divorcio, sus vidas han cambiado”, dice Sergio. Ana agrega: “Cuando los niños supieron por adelantado lo que se esperaba de ellos y el apoyo que su papá me dio, la aceptación a la nueva familia, fue más fácil”.

“Adicionalmente, los niños necesitan tiempo de calidad con su padre natural. Si tú eres el padrastro o madrastra, sé comprensivo con esto. Mamá, lleva a tu hijo al juego de pelota, mientras que papá lleva a su hija al cine. Esto le da al niño tiempo para saber que son todavía importantes y que no estoy tratando de interferir entre ellos y su papá. También es importante reunir a todo el grupo en una salida familiar, como una familia completa”. Padres, no olviden separar tiempo para los dos, sin los niños. Planifiquen una “cita nocturna” solo para los dos, una vez a la semana. Después de todo, los recién casados necesitan tiempo a solas.

Familias Compuestas — El Plan Perfecto
Nuevas personalidades, costumbres y recuerdos, son añadidos al nuevo hogar de las familias mezcladas. Sin embargo, resulta básico entender que un niño es niño y que un adulto es adulto. Los niños necesitan un equilibrio de amor y disciplina. Da a tu hijastro o hijastra su “muy necesitado” afecto, así como lo haces con tus propios hijos (los sentimientos de amor crecerán con el tiempo cuando haces esto). Es el papel de cada padre (ya sea natural o no) mantener su responsabilidad de criar apropiadamente a los niños. Y los niños tienen la responsabilidad de honrar a sus padres (Efesios 6:2).

Sergio y Ana continuaron diciendo: “Los niños no tienen la madurez para entender la dinámica de esta nueva familia y cuán amorosa podría ser; pero como adultos, nosotros deberíamos poder hacerlo. Así como cuando las parejas adoptan un niño, nosotros elegimos casarnos con una familia con estos niños. Cuidarles, alimentarles y aceptarles, incluso cuando parezca que nos rechazan. Oramos mucho por ellos y con ellos”.

Los siguientes versículos bíblicos pueden ayudarte en los momentos en que criar una familia mezclada parezca una tarea infranqueable. Recuerda que una casa dividida no puede mantenerse en pie

Isaías 66:13: “Como madre que consuela a su hijo, así yo los consolaré a ustedes”.

Efesios 4:2: “Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor”.

Efesios 4:29,31-32: “Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan. Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”.

Padre oramos para que estas Familias pongan su mirada y su confianza SOLO en ti. Llénalas de tu presencia, muéstrales un poquito de tu gloria y puedan enfrentar sus problemas con los ojos de la FE. Que sus corazones estén en ti confiados. Disipa todos sus temores, no permitas que les roben el gozo, ni que los paralicen espiritual y emocionalmente. Por amor a tu Nombre. Dales la Paz en sus corazones.
Dios los Bendiga

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Erradiquemos la Violencia dentro de la Familia

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Toda persona tiene expectativas respecto a su futuro y a la vida que quiere forjar para sí misma, así como los valores, principios y creencias que quiere transmitir a sus seres queridos. Deseamos ser felices y esperamos ir avanzando hacia lugares y situaciones mejores que las que ocupamos actualmente. Como seres humanos, necesitamos metas que subsistan alimentadas por la esperanza. Muchas personas, al mirarse al espejo cada mañana, se hacen la promesa de vivir el hoy de la forma más provechosa posible, forjando, con esfuerzo y trabajo, un mañana mejor.

Si deseamos ser felices, si muchas personas quieren ser mejores, si el conflicto es desagradable para una mayoría de individuos, ¿por qué encontramos tanta violencia, tanta ansiedad, temor e ira en la vía pública, en las carreteras e, inclusive, detrás de las puertas cerradas de los hogares? Hay temor en los barrios, escuelas y colegios. Términos como: “violencia”, “peligro”, “defensa” e “inseguridad” son palabrascada vez más comunes en nuestro vocabulario. ¿Qué pasó con el alma de nuestras comunidades? Así como un río caudaloso puede tener su naciente en el corazón de una montaña, la humanidad necesita detenerse y descubrir las diversas nacientes que, gota a gota, envenenan a nuestra sociedad con maltrato, indiferencia social y egoísmo, entre muchos otros males. Solo desenmascarando las raíces de la violencia, como lo han hecho autores, soñadores, filósofos y científicos sociales, es que podemos tratar de construir una esperanza de paz para el porvenir de nuestras familias y comunidades.

Violencia está definida por la Organización Mundial de la Salud como “cualquier acto que produzca o pueda producir daños o sufrimientos físicos, sexuales o mentales, incluidas las amenazas de tales actos, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, tanto en la vida pública como en la privada”. Ahora bien, también podríamos parafrasear una definición muy básica de la palabra violencia, como “la acción que va en contra de la naturaleza propia del individuo”, o bien “una acción ejecutada en contraposición a la razón y la justicia.”. La injusticia y la insensatez continúan manifestándose con fuerza en muchas de nuestras realidades sociales y familiares. Necesitamos echar un vistazo a nuestras familias, después de todo, ellas son, efectivamente, la base de la sociedad.

El contexto de un mundo saturado de medios de comunicación masiva, ambición de entretenimiento y estimulación de los sentidos, ha referido el significado de la palabra violencia, al daño de la integridad física de una persona y, en el caso de películas y entretenimiento comercial, a explosiones, efectos especiales y música estruendosa. Esto, efectivamente, es violencia, pero necesitamos ver más allá: voltear la mirada a nuestros hogares y vecindarios. Aunque nuestra vida cotidiana no sea como la de una película de acción, es posible que estemos muy cerca, en nuestro día a día, de situaciones de violencia, sea física, psicológica, por indiferencia, entre otras.

Es posible que también hayamos ido dejando entrar en nuestra vida, acciones que van en contra de la razón y la justicia. Necesitamos recuperar la conciencia de que toda trasgresión contra otro ser humano, sea en su integridad física, psicológica o espiritual, es violenta, no sólo para la persona agredida, sino también para la persona que ofende; tomemos en cuenta que es muy probable que los (las) agresores (as) también hayan sido, o aún sean víctimas de un desarrollo inadecuado, que atenta contra su integridad personal y que afecta a sus seres queridos. Es por esto que es fundamental iniciar abordando el problema de la violencia intrafamiliar. Solo brindando alternativas diferentes a aquellas familias que experimentan situaciones de violencia, es que podremos generar opciones para la paz, que puedan recibir a las nuevas generaciones.

¿Sabemos identificar el maltrato en la intimidad de la vida familiar?

Podemos hablar de actos de violencia cotidianos en nuestra vida familiar, y describirlos de acuerdo a su nivel de gravedad. Para empezar, existe la violencia simétrica, es decir, aquella que se da entre personas que, en teoría, tienen igual autoridad e iguales deberes y derechos (por ejemplo, las agresiones entre dos hermanos varones de edad similar). También existe la violencia asimétrica que es aquella que se da en relaciones interpersonales donde una de las personas tiene más capacidad de dominio y mayor “poder” que la otra (un ejemplo podría ser el de la violencia entre un padre de familia y su hijo adolescente, que depende económicamente de él). En ambos casos, la violencia es injustificable. Dentro del marco familiar, es fundamental diferenciar entre cuatro tipos fundamentales de violencia que pueden tomar lugar en el interior de los hogares:

1. La violencia física es un cáncer que está carcomiendo familias, vecindarios y comunidades enteras. La violencia física intrafamiliar incluye golpes, cortaduras, violaciones, violencia sexual para con la pareja, así como cualquier otro daño que atente contra la integridad física del otro. En Argentina, 51 mujeres asesinadas en seis meses del 2011, cerca de 240.000 mujeres justifican la violencia doméstica en algunos casos. El acceso legal e ilegal a armas de fuego, la ingesta excesiva de alcohol, así como el narcotráfico y el consumo de drogas estimulantes, el conducir temerariamente por nuestras carreteras, son todos agravantes en mundo en el que las personas están viendo recortada su esperanza de vida. Es un hecho: ciertas condiciones sociales, como la pobreza, impactan de forma negativa la expectativa de vida y de salud del individuo, en aspectos relacionados con el estilo de vida, en lo relacionado con alimentación y dinero. Sin embargo, de manera deshumanizante y grave, la violencia física está saliendo al encuentro de ancianos, niños, hombres y mujeres, truncando sus vidas y, en algunos casos, conllevando la muerte (en El Salvador, entre enero y agosto del año 2006, 289 mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas).

2. Existe la violencia psicológica, la cual consiste en el daño, amenaza o coerción de la identidad, seguridad y estabilidad emocional de otra persona. Aquí se incluyen los insultos, las exigencias irracionales, el hacer creer a una persona que no tiene valor intrínseco, que no es digna de ser amada, o que está desamparada. La violencia psicológica transmite el mensaje, en forma verbal o no verbal (gestos, apodos, humillaciones y miradas), de que una persona no logrará salir adelante y que su dignidad es despreciada.

3. La violencia por negligencia es, muchas veces ignorada, porque el agresor o agresora “no hace nada”. Negligencia consiste en permitir, de forma pasiva, que otra persona permanezca sin recibir el sustento para las necesidades básicas de su sano desarrollo. Así, el no alimentar a un niño o permitir que un anciano viva en condiciones insalubres son manifestaciones de violencia.

4. Finalmente, la violencia patrimonial consiste en ejercer el poder económico y material para dominar a otra persona, es decir, generar una situación de dependencia material y de injusticia respecto a bienes que legalmente deberían ser compartidos. Esta es una expresión de violencia y responde al deseo de controlar al otro (a): va en contra del curso natural de las cosas, donde, por ejemplo, una esposa no tiene derechos sobre los bienes legalmente compartidos, o los hijos adultos se aprovechan de los beneficios económicos de un progenitor anciano.

Causas de la Violencia

De acuerdo con Guido (1997):
(…) el abordaje de la violencia intrafamiliar es un proceso político, social y técnico en el que deben involucrarse diferentes actores partiendo de un paradigma de complejidad cuyo punto de partida son las condiciones de vida de mujeres y hombres. Para su operacionalización la propuesta debe ser contextualizada en el medio cultural de cada país, en los procesos de reforma económica, en las políticas hacia la mujer (y hacia toda población vulnerable). (p. 42)

El origen de la violencia obedece a factores sociales, económicos y psicológicos. También se ve influenciado por elementos legales, culturales y, en algunos casos, hasta biológicos. Así, la violencia se ha caracterizado por ser un fenómeno de origen multi-causal, por lo que las soluciones para prevenir y para dar contención a una situación de violencia, dentro del seno familiar, debe realizarse con compasión y desde múltiples disciplinas: dimensiones como la psicología, la salud, el derecho legal, la sociología y un abordaje espiritual necesitan coordinar sus diferentes perspectivas, en la búsqueda de soluciones integrales.

Forjando familias para la paz: ¡Recuperemos el fundamento del amor!

Amor es ofrecerse uno mismo, por el bien de la persona amada. El amor a nuestra familia y el cuidado de nuestra comunidad son las primeras decisiones que debemos de tomar en forma consciente y activa, para poder responder a la violencia con alternativas creativas y valientes. Ofrezcámonos a nosotros mismos, en la lucha contra la violencia:
-Evalúe su vida familiar: Tome un momento para reflexionar acerca de la forma en la que se comunica con sus familiares. ¿Las conversaciones y los tiempos juntos están caracterizados por la convivencia armónica en la mayoría de las ocasiones? Si la mayoría de las veces, las relaciones familiares están mediadas por conflictos, resentimientos o malos entendidos, es un buen momento para sentarse, como familia, y conversar. No es sano vivir así y esto afecta el desarrollo de todos los miembros de la familia.

-Busquen, como familia, alternativas de intercambio emocional: Hablar sobre nuestras emociones es difícil, sin embargo, aprender a contener situaciones donde puede generarse maltrato, requiere la capacidad de comunicar nuestros sentimientos de manera adecuada. Es necesario poder transmitirle a la otra persona lo que estamos sintiendo (por ejemplo: Me siento muy enojada…), decirle a la persona lo que nos perturba de su conducta en una forma directa, pero respetuosa (por ejemplo: me molesta que no me ayudes con las labores del hogar) y finalizar planteando una posible solución (por ejemplo: me sentiría mucho mejor si me ayudaras lavando los utensilios de cocina, por favor).

-Técnicas de manejo del enojo: Si usted percibe que en ocasiones sus sentimientos de ira le hacen decir o hacer cosas de las cuales después puede arrepentirse, aprenda a conocerse. Reconozca las sensaciones de su cuerpo, cuando le invaden los sentimientos de ira. Ante la sensación de enojo, puede utilizar varias estrategias para detenerse y buscar la calma antes de actuar: salir a caminar, escribir lo que siente, contar del 20 al 1 (lo cual es aún más eficaz que contar del 1 al 10), hacer ejercicios de respiración lenta y profunda (lo cual puede ayudarle a relajar su organismo), o en algunos casos, alejarse de la situación y tomar un tiempo de dos horas antes de hablar con la persona, para resolver el conflicto cuando se encuentre más calmado (a).

-Aléjese de situaciones que salgan de su control: Si usted percibe que un familiar o persona con la que convive se pone violenta, no permanezca en una situación de peligro. Es más prudente retirarse a un lugar seguro y esperar a que la persona esté en condiciones de resolver el conflicto con más control. Si en algún momento le parece que esta persona puede atentar contra su integridad física, busque ayuda especializada. Su seguridad, la de sus hijos y la de otras personas vulnerables dentro del hogar dependen de las decisiones que se tomen a este respecto.

-Infórmese sobre temas de violencia y sobre la forma en la que su comunidad busca enfrentar el problema: Muchos autores han escrito y colaborado con la comunidad con estrategias y alternativas para hacerle frente a situaciones de violencia. Averigüe cuáles son las instancias estatales o de ayuda social que trabajan con este tema, consiga números de teléfono, estrategias para el manejo de situaciones de crisis y los servicios que estas instancias ofrecen. Infórmese sobre los consejos que brindan a las familias y eduque a sus seres queridos al respecto.

Finalmente, recuerde que, como seres humanos, nos necesitamos unos a otros. Ame a su familia y a los suyos: déles su lugar. Y si le resulta difícil reconocer en qué momentos usted, o alguien a quien usted ama, se comporta en forma violenta, no dude en buscar consejo de alguna persona especializada en el tema. La búsqueda de soluciones integrales, desafiantes y profundas es parte fundamental de apostar por la paz… y todos tenemos mucho por ganar.

Mis oraciones van contigo. Sea El todo poderoso consolándote y dándote aliento para seguir adelante y toque el corazón de tu esposo. Entrégale tus penas a Dios que el tiene cuidado de todo lo que estas pasando.

A veces la vida matrimonial se torna muy difícil en especial los primeros años. Si son cosas que se pueden arreglar o superar no lo pienses mas, busca a tu esposo o esposa y sea Dios dándoles sabiduría para encontrar soluciones juntos.

No estas sola, no estas solo. Desde ya, hay un ejercito de Ángeles y hermanos que interceden por ti. Cofia en Dios que el hará.

Te dedico: el (Salmo 143: 7-12) y también ... Salmo 140:12
"Yo se que Jehová tomara a su cargo la causa de los afligidos y el derecho del los necesitados" Dios te Bendiga

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Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.

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Dos amigos caminaban por el desierto. En algún punto del desesperado viaje comenzaron a discutir y uno de ellos abofeteo al otro. Lastimado, pero sin decir nada, este escribió en la arena:

"mi mejor amigo lastimo hoy mi corazón"

Resignado, siguieron caminando hasta que encontraron un oasis, donde saciaron su sed y pudieron bañarse. Mientras nadaba, quien había sido abofeteado comenzó ahogarse, pero su amigo lo salvo. Después de recuperarse, busco una piedra y escribió en ella;

"mi mejor amigo hoy salvo mi vida"

El mismo que había abofeteado y salvado a su mejor amigo entonces le pregunto: "cuando te lastime escribiste en la arena y ahora lo haces en una piedra ¿por que?"

Su amigo le respondió: "cuando alguien nos lastima, debemos escribir en la arena donde los vientos del perdón puedan borrarlo, pero cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra para que hasta el sol mismo sea eterno testigo. Por ello aprende a escribir tus heridas en la arena y a grabar en piedra tus mejores momentos."

Toma un minuto encontrar a una persona especial, una hora para apreciarla, un día para amarla, pero una vida eterna para olvidarla.

Hermanos: Tengamos cuidado con lo que escribimos, y donde...

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